viernes, julio 21, 2006

Upstairs, Downstairs.

Quien haya dicho que "como es arriba, es abajo", no conocía la verdadera trastienda en que se bate algun sector de la administración pública.

Contraste que se hace dramático cuando por las noches ( justo, noches), se atraviesan las ocho manzanas y se pone uno a disposición de lejanos edificios maltenidos plenos de funcionarios que se quedaron en la Revolución Industrial.
Allá, los problemas domésticos de la muerte y sus antesalas derivan en lóbregas decisiones lejanas a "la gestión", las "políticas públicas", las "36 medidas" y al "Chile Compite". Que no hayan $ 21.000 para pagar un perito que espere los restos de los bomberos chilenos es sólo una anécdota. También lo es que los funcionarios no tengan implementos de seguridad ante infecciones, o que el olor ( ese olor) empape casi todas las bienvenidas.

Tal vez Lagos diría: este es el Chile real.

Me pregunto, después de 16 años intentando esos "nunca más": cuántos servicios más se arrastran en las miserias del servir a medias sin que nadie repare en esos "piececitos azulosos de frío"?